En su trabajo, Edu Gil Alsina combina imágenes existentes para articularlas a través de la pintura, considerándolas como un elemento potencial para transitar de un lugar a otro, sin que en ningún caso deban resolverse por completo.
Dialoga con cuestiones como la mirada, el desplazamiento, la distancia, la emancipación, la imagen y el propio hecho pictórico. Adopta una posición con un pie dentro y otro fuera del bastidor, adentrándose en esta ambivalencia.